Historia

Nuestra Historia

En el año 2007, el Dr. Juan Almendárez Peralta y el Lic. Orlando Martínez Granera, mostraron una gran preocupación debido a la alta mortalidad de mujeres por causa del Cáncer Cervicouterino en la región sanitaria de Río San Juan, en esa época, una zona postergada de la inversión pública y con altos índices de pobreza.

Aunque el sistema de salud poseía las tecnologías de tamizaje y capacidad media para beneficiar a las mujeres de estas zonas, la incidencia y mortalidad venían mostrando una tendencia al incremento. El Cáncer Cervicouterino detiene la prosperidad económica de las familias y comunidades, obligando a las familias a contraer deudas y caer en mayor pobreza para atender médicamente a una mujer enferma por esta causa. Para el Dr. Almendárez y el Lic. Martínez, todos estos casos y estas muertes eran injustificables y no podían asumirse como algo normal.

Decidieron, entonces, trabajar con el sistema de salud para cambiar esta realidad. Las características asociadas a la mortalidad por Cáncer Cervicouterino, prevalecían en mujeres en la plenitud de su vida productiva, madres de 2 a 4 hijos, de estrato social bajo, sostén de la familia (monoparental) y con niños que dependían de sus cuidados para permanecer en la escuela o evitar la exposición a abusos físicos o sexuales de otros adultos.

Entonces, realizaron un diagnóstico causal de las razones o limitaciones del sistema de salud público para fortalecer su capacidad institucional de responder con rapidez a las necesidades de atención médica de estas mujeres. Con el diagnóstico, llegaron a la conclusión de que una de las mayores dificultades era que médicos y enfermeras dedicados a la prevención de este tipo de cáncer tenían poca capacidad de planificar, organizar, capacitar y monitorear las estrategias a fin de evaluar si los esfuerzos realizados a nivel local o regional eran suficientes o deficientes. Es decir, si respondían a las necesidades de detección y atención de las mujeres afectadas con lesiones precursoras de cáncer cervical o en riesgo de desarrollarlo, siendo la meta de una estrategia de tamizaje para este tipo de cáncer.

En el año 2007, el Dr. Almendárez y el Lic. Martínez, no contaban con grandes fondos, aun así, se dieron a la tarea de desarrollar un proyecto ambicioso que incorporara dos estrategias que serían innovadoras:

Primero, desarrollar un modelo digital de organización de la atención de servicios de prevención del cáncer en la mujer, que permitiera, además, recopilar información de calidad para asegurar la identificación, monitoreo y seguimiento de todas las mujeres afectadas e identificadas de manera oportuna.

En segundo lugar, se diseñó un programa de capacitación y entrenamiento para que médicos y enfermeras pudieran estar mejor preparados para gestionar un programa de control del cáncer en la mujer, donde esta tecnología (SIVIPCAN®) fuera la herramienta que facilitara su trabajo cotidiano.

El resultado fue que estos profesionales pudieron ser capaces de monitorear y evaluar sus propios programas, interpretar los resultados y asegurar que toda mujer identificada filtrada en el sistema, recibiera su tratamiento completo hasta alcanzar la eliminación del pre cáncer, condición necesaria para reducir la incidencia y mortalidad.

Este nuevo contexto permitió hacer los cambios en la organización y planificación de las acciones a nivel regional y local. Pero además, las mujeres se beneficiaron de los nuevos cambios, dado que el sistema comenzó a funcionar a su favor debido a que se eliminaron los procesos burocráticos y se alentó el trabajo articulado para asegurar el tratamiento oportuno ¡Este modelo ayudó a salvar centenares de vidas!

Esta iniciativa no pasó desapercibida para la American Cancer Society y otorgó al proyecto el premio «Excelencia Latina 2008», además, concedió un pequeño fondo para mejorar el software y pasar del formato MS-DOS a Windows. En poco tiempo, la Ministra de Salud solicitó la implementación en otras regiones sanitarias para mejorar las capacidades de esas zonas geográficas. Las regiones seleccionadas fueron: zona Caribe del Atlántico Norte y Atlántico Sur, y Jinotega; estas se definieron en relación a la limitación de los recursos, acceso y dispersión poblacional. “¡También asumimos este desafío!”

Con el apoyo de la AECID, pudimos desplazarnos en avionetas, lanchas rápidas, y vehículos de todo terreno, según fueran necesarios, para cumplir un plan de intervención, transferencia tecnológica y estrecha asistencia técnica en estas regiones.

En tanto, en el año 2009, era claro que el país necesitaba rápidamente la implementación de este modelo de trabajo junto al Software; lo que obligó al Dr. Almendárez y al Lic. Martínez-Granera a crear una institución, sin precedentes en el país, que ofreciera soporte legal para implementar esta tecnología en todos los establecimientos sanitarios a nivel nacional; pero que también, pudieran apoyarnos en prevenir el cáncer en general y reducir el sufrimiento que este causa.

El modelo de trabajo de esta nueva institución sería el de alianza colaborativa con instituciones públicas y privadas interesadas dentro y fuera del territorio nacional.

Siendo que la indiferencia es el combustible que alimenta la aparición del Cáncer, y que su abordaje requiere la participación de todos (ciudadanos y comunidad organizadas en expresiones sociales), el lema de la Fundación a crear sería: “Porque la peor enfermedad es la indiferencia”.

Esta institución recibió la personería jurídica por el Congreso de la República en el año 2010, con el nombre: Fundación Movimiento Contra el Cáncer, conocida también como Movicancer (www.movicancer.org). A este movimiento se unieron el Dr. Francisco Maldonado, Dr. Oscar Fonseca, Dra. Ofelia Rojas y el Ing. José María Rodríguez.

Todos han contribuido y siguen aportando para dar forma y mejorar los objetivos e intervenciones de la Fundación a fin de llegar a quienes más nos necesitan con proyectos que van más allá de la filantropía tradicional. Estos proyectos, programas e iniciativas horizontales mejoran las oportunidades de la población para hacer frente al riesgo de desarrollar Cáncer, y a profesionales sanitarios, los ayuda a estar mejor preparados para responder a las necesidades de los pacientes.

La innovación, la eficiencia y eficacia han sido los ejes transversales de todas nuestras acciones en el terreno. Prevenir el Cáncer y mitigar el sufrimiento que este causa, solo puede ser posible con la voluntad de la sociedad en su conjunto. Desde su inicio, Movicancer decidió reconocer y premiar a quienes se comprometen por una sociedad libre de cáncer.

En los pasados años, más de 13 personas, instituciones y empresas privadas han recibido los reconocimientos nacionales “Esperanza por la Vida” impulsados por la Fundación. Estos reconocimientos se otorgan en una cena de gala que se prepara cuidadosamente para homenajear a aquellas personas e instituciones, que más allá del deber, contribuyen a una nación con menos cáncer.

A fin de aumentar el impacto positivo de los esfuerzos que realiza el sistema de salud nicaragüense, Movicancer ha dedicado recursos, tales como: equipos médicos, tiempo y talento para desarrollar un programa nacional de entrenamiento en diversas temáticas y técnicas, beneficiando a médicos, enfermeras y todo el personal sanitario involucrado en las acciones de prevención del cáncer.

Los cursos y talleres se han desarrollado gracias al apoyo de instituciones internacionales, tales como: Embajada de Holanda, La Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), PAHO, Hermanamiento de Núremberg, Agencia Andaluza de Cooperación Internacional (AACID), Ayuda Médica para Centroamérica (AMCA), Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID), American Cancer Society (ACS), PATH, entre otros, quienes han creído en nuestro trabajo y desde el año 2011 nos han permitido desarrollar diversos proyectos de desarrollo y de capacitación en Río San Juan, Costa Caribe Sur y Norte, Jinotega, Boaco, Carazo, Managua, León, Chinandega, Chontales, Masaya, Granada, Rivas, Matagalpa, Estelí, Nueva Segovia y Madriz.

Además, desde el año 2014 hemos apoyando al Ministerio de Salud de Nicaragua en la introducción e implementación de nuevas tecnologías, como las pruebas de VPH, a fin de eliminar las barreras que tienen las mujeres para acceder a servicios de prevención del cáncer cervical y de detección temprana de Cáncer de senos en Chontales, Chinandega, Carazo y Jinotega.

Recientemente, hemos innovado en la implementación de un modelo de atención que integra dos servicios de salud en una sola consulta en la temática de cáncer cervicouterino y de senos. Estos esfuerzos no han pasado desapercibidos por las instituciones nacionales e internacionales, quienes han reconocido la importancia y utilidad de este modelo innovador que ha permitido a Nicaragua reducir la incidencia y mortalidad por cáncer cervicouterino.

Pero tampoco olvidamos a aquellos que también son la causa de nuestra labor: nos referimos a mujeres, niños y ancianos como el foco de nuestras intervenciones. Gracias a nuestra iniciativa de acceso al tratamiento oncológico, muchas mujeres y niños, principalmente, han podido iniciar, continuar o terminar con éxito su tratamiento y han ganado la lucha contra el cáncer. Lamentablemente, algunos no han podido ganar la batalla, pero sin estos fondos, su lucha contra el Cáncer hubiera sido más dura y difícil de sobrellevar.

En Movicancer, estamos muy orgullosos de ser la principal organización nacional que trabaja en el control del cáncer con iniciativas que han salvado la vida de miles de mujeres y centenares de niños. Además, con el desarrollo de proyectos e iniciativas llevamos consuelo a miles de nicaragüenses.

La Junta de Directores nos hemos comprometido en trabajar por una región con menos cáncer, en apoyar el diagnóstico y tratamiento oportuno, así como el fortalecimiento de las instituciones públicas y privadas en el marco del Plan Regional para el Control del Cáncer Cervicouterino de la RINC-UNASUR, y el apoyo al nuevo Plan Regional de Control del Cáncer Cervicouterino de la OPS/OMS 2018-2030.

Más allá de nuestras fronteras, seguimos realizando Advocacy en diversos espacios y foros internacionales a fin de aumentar la colaboración interinstitucional, con el fin de fortalecer una respuesta regional integrada frente a las ENT y el cáncer en el marco de la agenda de desarrollo sustentable 2030 (ODS-ONU) y en las agendas de desarrollo humano y de políticas públicas. Hemos puesto a la disposición de las instituciones públicas y privadas nuestra experiencia y experticia a fin de ofrecer una respuesta acelerada, sostenible y en el menor tiempo posible al control del cáncer en la mujer, con énfasis en la región Centroamericana.

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